Decía un tema “ahí está la
pared...no pienso frenar...”, y parece la arrechera adolescente de
la rabia frente al freno de los sabios y los corridos, pero no era
así...
ese “acelerador” no era un reclamo
intelectual, ni rebelación generacional,
era una simple interpretación literal
del día a día, un exponente honesto de esta realidad que requiere
un cambio...
“ahí está la pared...” o nos
estrellamos, o nos superamos...
donde tú te paras, yo no puedo estar,
no existe aquello de “ponerme en tus zapatos”, entonces debo
caminar contigo, construir desde tu proyecto soñado, hacer de tu
revolución mi proyecto de vida, es allí cuando te asumo camarada,
hermano, parte de mi vida, de mi sueño revolucionario.
Y parece fácil pensarnos parte de una
trinchera, piezas móviles en la estrategia de otros, cuando veníamos
soñando proyectos desde el vientre de nuestros bisabuelos, cuando
nos encontramos en la identidad de una música extranjera, en un 4x4,
en una guitarra distorsionada, en el pelo largo y la palabra rebelde,
en amores compartidos junto a voces e imágenes que declaramos
públicas...
siento que esta interpretación de
cortos encuentros hace de tu partida fugaz cosa inexplicable, cruel y
látigo para la acción directa, para responder antes que analizar,
para rescatar el proyecto del Comandante de forma inmediata, desde
todas las trincheras y con las herramientas del instante.
Ahora es que voy entendiendo...esta
sarta de amor desencontrado, la necesidad de esta familia alternativa
elaborada,
Qué arrecho conocerte y poder entrar
en esa intimidad medianamente pública, que pocos nos atrevimos a
compartir, digno hijo de este proceso revolucionario, parido para
entregarlo todo, para conspirar con una simple sonrisa...
Así te recordamos y así te
encontraremos hermanito, por ahora y para siempre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario