viernes, 16 de agosto de 2013

Sé que estás por ahí

Decía un tema “ahí está la pared...no pienso frenar...”, y parece la arrechera adolescente de la rabia frente al freno de los sabios y los corridos, pero no era así...
ese “acelerador” no era un reclamo intelectual, ni rebelación generacional,
era una simple interpretación literal del día a día, un exponente honesto de esta realidad que requiere un cambio...
“ahí está la pared...” o nos estrellamos, o nos superamos...
donde tú te paras, yo no puedo estar, no existe aquello de “ponerme en tus zapatos”, entonces debo caminar contigo, construir desde tu proyecto soñado, hacer de tu revolución mi proyecto de vida, es allí cuando te asumo camarada, hermano, parte de mi vida, de mi sueño revolucionario.

Y parece fácil pensarnos parte de una trinchera, piezas móviles en la estrategia de otros, cuando veníamos soñando proyectos desde el vientre de nuestros bisabuelos, cuando nos encontramos en la identidad de una música extranjera, en un 4x4, en una guitarra distorsionada, en el pelo largo y la palabra rebelde, en amores compartidos junto a voces e imágenes que declaramos públicas...

siento que esta interpretación de cortos encuentros hace de tu partida fugaz cosa inexplicable, cruel y látigo para la acción directa, para responder antes que analizar, para rescatar el proyecto del Comandante de forma inmediata, desde todas las trincheras y con las herramientas del instante.
Ahora es que voy entendiendo...esta sarta de amor desencontrado, la necesidad de esta familia alternativa elaborada,
Qué arrecho conocerte y poder entrar en esa intimidad medianamente pública, que pocos nos atrevimos a compartir, digno hijo de este proceso revolucionario, parido para entregarlo todo, para conspirar con una simple sonrisa...

Así te recordamos y así te encontraremos hermanito, por ahora y para siempre!